
Sus últimos años de trabajo fueron en la Escuela secundaria Nº3 como docente y en la Escuela primaria Nº46, como directora. Una breve reseña de su gran aporte a la comunidad de Los Charrúas.
En sus más de 33 años de servicio, Marta Smietuch ejerció como maestra, profesora y directora. En su trayectoria fue aporte de la educación de cientos de chicos de Los Charrúas. A esto se suma, su gran legado que deja a la comunidad, la Biblioteca Popular Tierra de Inmigrantes que actualmente ejerce como presidente de la comisión.
Una reseña de su historia contada por Marta
Recuerdo mis primeros días como alumna de la escuela 46 “Helena Larroque de Roffo”, mi primer grado con la señorita Marta Santos y el libro semillita allá por el año 1976. Cursé el segundo grado con la seño Marta Guerrero de Challiol, usábamos el libro “Los Teritos”, para esa época era algo tan especial tener tu propio libro de lectura; en tercer grado el libro “El árbol que canta”, mi maestra fue la Seño Alicia Rebollo de Sirimarco, era muy exigente con las tablas y las cuentas, aprendíamos sí o sí. En cuarto grado tuve a la seño Silvia Santilli, era muy dulce y hermosa, recuerdo sus pecas en su cara y su cabello lacio, y en quinto grado a la seño Carmen Segovia.
En sexto y séptimo grado teníamos dos maestras, una nos daba lengua y sociales (Laura Lovatto de Lehr) y la otra matemática y naturales (Teresita Sersewich). Laura fue la única maestra que tuve de la localidad, era muy exigente, años más tarde fuimos colegas. En esa época la recuerdo como vicedirectora a Rosita Tisocco y directora la señora Nilda
Alarcón de Rosatto.

Fueron muy hermosas mis épocas como alumna, vivía en el campo, concurría en bicicleta o a pie y no faltaba nunca, a veces me buscaban en sulky, no había mochilas, usábamos un portafolio de cuero que nos duraba toda la primaria y la cajita de fibras con florcitas. Los actos se realizaban los mismos días patrios, y era un orgullo porque participaban todas las familias, servían el chocolate caliente y bollos; las maestras venían de Concordia y recuerdo que para los actos se producían, se ponían muy coquetas. Finalicé la primaria en el año 1982, año muy triste para los argentinos por la guerra de Malvinas.
Ya en el año 1983 ingresé a la escuela secundaria Francisco Ramírez N°31, para entonces vivía en el pueblo, el cual estaba bastante deshabitado.
Las clases se dictaban a partir de las 17:50 hasta las 22:10 horas en el mismo edificio de la escuela primaria. La primera directora fue la profesora Norma Pujol de Scaiola, quien también fue maestra en la escuela primaria. En aquellos años eran muy pocos los alumnos de cada curso, por eso había solamente una sola división; los profesores venían en el colectivo de Bertochi, algunos se iban en el tren de las 20:00 horas y otros en autos, fueron épocas maravillosas, recuerdo los esquemas de educación física, toda la comunidad concurría para ver ese espectáculo que se preparaba durante todo el año, los alumnos nos vestíamos todos iguales, además algunos se destacaban haciendo demostraciones de riesgo. Hicimos tres carrozas en esos años 1983-1987, como éramos pocos alumnos trabajábamos todos; por supuesto que para viajar a Bariloche teníamos que realizar eventos para recaudar fondos, nuestras familias eran pobres y no podían costear ese viaje, es así que unidos hacíamos bailes, domas, campeonatos de truco, reventa de pasteles y empanadas los domingos, y con ello nos pagamos el viaje todos los chicos del curso.
En el año 1988 y 1989 ya estaba estudiando Magisterio y mientras lo hacía dictaba clases de Alfabetización en Concordia, además eran años difíciles, también trabajaba en casas de familias, aprovechaba la siesta y los fines de semana para estudiar. En 1990 ya estaba recibida, y de inmediato tuve mi primer suplencia en la escuela 46, recuerdo que fue primer grado, la reemplazaba a mi colega Alejandra Ballejos; luego desde octubre hasta diciembre trabajé en la escuela 7 “Cabildo Abierto” de Colonia Rocadando clases a niños de cuarto, quinto y sexto grado, a las 5:00 horas de la mañana ya salía para hacer dedo. En eso me destaqué siempre en mi trabajo, en llegar siempre una hora antes.
En el año 1991 hubo una creación de un quinto grado y tuve la suerte de acceder al mismo en la escuela 46, las clases las daba en un galpón, donde ahora está la biblioteca; a fin de año se realizó un concurso de titularización y quedé titular; mis colegas le habían pedido a la directora, señora Nilda Paez de Imoberdoff que querían dar en otro grado que no fuera séptimo, yo aproveché y solicité ese grado porque me encantaba. Trabajé muchos años junto a Liliana Goya y Griselda Odiard, hicimos muchos viajes con nuestros alumnos, preparábamos las colaciones durante todo el año, los chicos tenían su corbata, insignia, su medalla, venían a mi casa para preparar la ornamentación, fueron años maravillosos.
En el año 1.994 comencé a estudiar el profesorado de matemática, viajaba todos los días. En el año 1.999 hubo una modificación en el sistema educativo, el séptimo grado tenía que trasladarse a la escuela secundaria, previas capacitaciones que hacía en el Instituto de Profesorado los sábados, y como yo era titular opté por irme de la escuela 46 a la escuela 31 (hoy escuela N°3), para el otro séptimo optó una colega Amparo Reschke, con quien compartí muchos años en la escuela secundaria y programamos muchos viajes con los chicos a Carlos Paz.
Durante muchos años preparé totalmente ad honorem y a contra turno a los alumnos para participar de las Olimpíadas Matemáticas Ñandú y de la OMA (Olimpiada Matemática Argentina), a los chicos les encantaba, practicaban situaciones problemáticas, ejercitaban el razonamiento y los llevaba a competir con alumnos de otras escuelas. Participaban del certamen zonal, departamental, provincial y así sucesivamente; con Lorena Ramínger fuimos al certamen provincial en Cerrito, con Brisa Leonardelli al certamen provincial a General Galarza, con Mariela Smietuch y Daniela Hauser a las Olimpiadas del Rio Uruguay en Paso de los Libres, Corrientes. Sin dudas fueron años inolvidables y la mayoría de los chicos que participaron hoy son profesionales de carreras complicadas y que requieren razonamiento. En el año 2003 comencé a dictar clases de matemática en los cursos de secundaria, también lo hice en el BAPA, con los adultos. Incentivé a los chicos para que hagan carrozas, recuerdo que la Promo 2011 aceptó la idea y comenzó a darle sentido a las fiestas locales estudiantiles, también les di la idea de la serenata y de realizar la recepción al aire libre. En el año 2003 convoqué a un grupo de vecinos para fundar la biblioteca popular Tierra de Inmigrantes, pensando que era una gran necesidad y un enorme beneficio para los estudiantes.
También participé en estos años en las distintas cooperadoras escolares, primero en la primaria y luego en la secundaria brindando mi tiempo al servicio de las necesidades de las instituciones. Recuerdo que en una oportunidad trajimos con la cooperadora de primaria a Ráfaga, tuvimos un éxito rotundo.
En el año 2013 me preparé para participar en las capacitaciones para rendir para el cargo de vicedirector, fue así que aprobé el examen y titularicé en el año 2015 el cargo de vicedirectora en la escuela 46, tuve que renunciar a mi cargo de séptimo grado y a las horas de clases en otros cursos, pero continué con las clases de matemática en cuarto, quinto y sexto año “A”, de ese modo pude estar en mis últimos años en mis dos queridas escuelas. Me encantó trabajar en el cargo de vicedirectora, propicié el uso de libros literarios en cuarto, quinto y sexto grado, el estudio de las tablas, la participación de los alumnos en la huerta escolar, incentivé a la realización de los viajes de estudios, sabiendo que la experiencia directa enseña mucho a los niños, acompañé de cerca a los niños y docentes.
En el año 2.019 tomé el cargo de directora, hubieron cambios en la dirección por jubilaciones y por las titularizaciones del primer concurso de secretaria; en septiembre de ese año recibí el premio “Margarita González” otorgado por el Concejo Deliberante de la ciudad de Concordia; en marzo del año 2020, a pocos días de comenzar se suspendieron las clases presenciales por la pandemia del covid-19, fueron días de angustia, tuvimos que reinventar todo, recurrir a la tecnología de inmediato, fue muy difícil trabajar de esa manera tanto para docentes, niños y familias; desde la escuela colaborábamos con copias impresas para los niños de escasos recursos; en nuestra escuela la dirección estuvo abierta ya que funcionaba el comedor escolar, al principio se daba la vianda y luego se implementó la entrega de módulos, el trabajo fue arduo; ayudamos a muchas personas en lo social, el encierro provocó mucha tristeza, madres que concurrían y lloraban contando sus angustias, fue un año tremendo. Como directora tenía que viajar a buscar provisiones, siempre con miedo al contagio, pero a pesar de haber andado tanto nunca me contagié.
En el año 2021 comenzamos a trabajar con burbujas de alumnos, con toda la protección e higiene, ya para agosto los niños estaban todos en el curso y se trabajó en conjunto con el centro de salud para la vacunación. En agosto de 2021 se creó otro cargo de bibliotecario en la institución, también está en marcha el expediente para la realización de desagües nuevos, renovación de techos, arreglo y pintado de paredes
Y llegó el año de la jubilación, 31 de agosto de 2022, luego de haber vivido tantas momentos tristes y bonitos a lo largo de mi profesión. Gracias!!
